CONOCER EL ESTADO DE TU VIVIENDA

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Con el paso del tiempo los edificios sufren un desgaste inevitable de todas sus partes y componentes. Por ello, es fundamental conocer el estado en que se encuentra antes de que sea demasiado tarde y resulten necesarias reparaciones muy costosas.
El uso y el clima son los mayores causantes del deterioro de los edificios. Por tanto, el usuario debe conocer todos los factores que influyen en este tema y debe poder incidir a través de sencillas medidas preventivas que están a su alcance o llamar a un especialista, cuando sea necesario.
Humedades, grietas y averías son los problemas más usuales en los edificios. Las humedades pueden ser de diferentes tipos: filtraciones del agua de lluvia, fugas de las instalaciones, humedades del propio terreno o condensación del vapor de agua que hay en el ambiente de la casa. Las grietas pueden ser estructurales, cuando se refieren a problemas por alguna deficiencia en la estructura, pudiendo llegar a ser graves. También pueden ser debidas a otros factores, como la dilatación o la retracción de los materiales, no siendo tan graves al no obedecer a problemas en la estructura. Las averías se producen indistintamente en todas las instalaciones del edificio (fontanería, electricidad, calefacción o red de desagües). Fugas, roturas de conductos, cortocircuitos y mal funcionamiento de los aparatos son algunas de las más comunes.
Muchos de estos problemas pueden evitarse si el usuario corrige muchos de sus malos hábitos de uso de la casa.
Acumular escombros y objetos en las terrazas puede obstruir los desagües y provocar goteras. Los trabajos de bricolaje en instalaciones eléctricas pueden provocar accidentes, cortocircuitos e incendios. Clavar objetos en la cubierta del edificio puede perforar su impermeabilización y provocar humedades en el interior de las viviendas. No proteger la madera y el hierro acaba deteriorándolos. El hierro se oxida y provoca grietas expansivas en los materiales que lo recubren o envuelven y la madera se pudre y deteriora. La limpieza con productos agresivos como la lejía y el salfumán puede resultar negativa para los desagües y los pavimentos. La ventilación incorrecta puede provocar humedades de condensación en las paredes de fachada. La acumulación de grandes jardineras o piscinas de plástico en las azoteas puede provocar peligrosas grietas y la mala colocación de plantas puede deteriorar las fachadas y patios del edificio.
Muchas personas quieren saber cómo se encuentra su edificio y no saben qué pasos han de seguir para poder hacerlo.
Ponerse en manos de expertos es relativamente fácil y siempre resulta más barato que arriesgarse a hacer reparaciones sin conocer las verdaderas causas de un problema. Tests, inspecciones, informes y diagnósticos permiten conocer el auténtico estado de la vivienda, las causas que han provocado un determinado problema y determinar las mejores soluciones en cada caso. Una comunidad puede solicitar a un arquitecto técnico que haga una inspección minuciosa de su edificio, defina las reparaciones que se deben hacer para dejarlo en buen estado y planifique anualmente, en un calendario, las operaciones de mantenimiento a realizar y el coste que representan.
Las comunidades pueden contratar a un especialista para que actúe como técnico de cabecera en su edificio.
En estos casos, un arquitecto técnico que conoce perfectamente el edificio, sus características técnicas y los problemas que haya podido padecer en el pasado se ocupa de la gestión del mantenimiento en el edificio. Realiza las inspecciones periódicas que sean necesarias y frente a cualquier eventualidad puede asesorar a la comunidad en aspectos económicos y técnicos del mantenimiento.
Fuente: CGAT